lunes, 27 de abril de 2009

Celia, qué cruz

Tenemos nueva adquisición. Se llama Celia (yo propuse Eli, Felipe dijo que Negrita, y en cambio Blanca la quería como Pepita).

Ha de ser la esposa de Júnior, es mi pensado y sentir, pero ya la Chanda le para más bolas que la pelota de mi perro favorito. Las parejas no pelechan este año, el maíz está pasmado y las lechugas—pinches malditas—deshojadas y babosas son. Y Celia, linda la bolita negra, no le dio la paz a mis pies enchancletados, mordiéndolos con sus agujitas dentales.

 Con la llegada de Celia, que sí puede entrar a la casa, a Coca-cola se le desataron unos celos que más bien evidencian su enfermedad: se siente reemplazada la Coca, que tiene la cara invadida por un tumor muy grande. La comida de los perros está envenenada, es la conclusión. Brusca se fue con un balón de fútbol en las mamas, Juancha estaba como pozo verde por dentro y ahora la Coca, que debe tener como 11 años, carga en el cachete una cosa que le rasca, le cierra el ojo y la pone a gruñir, a veces, por las noches. La buena noticias es que hay paranoia mundial por la fiebre porcina!!! 

domingo, 26 de abril de 2009

El yerbajo hijueputa

Ha de ser el exceso la lluvia moderada y que finalmente está saliendo el sol lo que desató la furia yerbajera esta semana. La maleza creció tanto que prometía con ahogar los vegetales, cubriendo con su espeso e informe manto verde lo que en cambio crece con pereza y dificultad. No recordaba que fueran tan lentas las lechugas, ni que la arveja se diera con dificultad. Es lenta y confusa la huerta, a la par de su tonta dueña que de tanta ciencia y tanto plan y filosofía barata va a quedarse comiendo un puñado de tierra, bien abonado, eso sí. (El pimentón va como un culo, por cierto, mientras que el de Blanca crece como por arte de magia, cosa que ella me restregó felizmente hoy).




ANTES


Entonces, engarruñada, acurrucada como pinche cucarrón entre las hileras, limpié (y por error arranqué un par de arvejas) y aporqué los tomates, las habichuelas que ya están en flor, las zanahorias, el cilantro y lo demás, que no es mucho.


                                                                                                  DESPUÉS




Por cierto, debió ser el espíritu y color de piel gótico de Lina, pues jamás había visto la capilla bajo una luz tan espectral. Las enredaderas se están tomando el campanario, entran por la ventana de la sacristía (llena, como siempre de restos de construcción y unas antorchas antiquísimas que mi abuela adoraba no sé por qué, sería el espíritu gótico de doña Helenita) y unas hojas de heliconia se colaron por entre las tejas laterales y abrazan con sus verdes dedos una de las estaciones de la cruz. Igual, se ve bien la capilla, abandonada, dándole ese aire de desalojo y muerte a una finca verde que te quiero verde.

 

lunes, 20 de abril de 2009

Los caracoles del jardín

Mi tarea para este mes en Arcadia, propuesta por mí, es investigar sobre una nueva onda periodística que me pillé en el New York Times. Es una agrupación de blogs sobre cinco barrios distintos en Brooklyn y New Jersey. Se llama The Local. Una editora (Mary Ann Giordano) y un periodista profesional (Andy Newman) guían el experimento y muchos bloggeros—estudiantes de periodismo muchos y habitantes de los barrios en menor cantidad—reportan sobre su lugar, aprenden a hacer periodismo, se conectan con una audiencia definida y… Ésa es la pregunta. Ellos mismos no saben qué significa, pero, como leí hace un par de horas en el blog de un analista de Internet y de periodismo, un tal Clay Shirky, “Now is the time for experiments, lots and lots of experiments.” 

Según Newman la cosa, por ahora, es un bebé, un experimento que aún no saben que repercusiones económicas tendrá. Las sociales y políticas saltan a la vista, al menos para esos dos barrios. ¿ Y el resto del mundo que, o Nueva York, para no ir más lejos? Ni idea. Esa es la gran pregunta de este nuevo micro-periodismo en el que cada cual con su imprenta manual (computador+internet) hace lo que puede y lo que quiere y ya.

Explicando quién es él, Newman habla de su barrio, Brooklyn, donde vivió su papá, su abuelo, donde conoció a su esposa cuando la entrevistó para un reportaje sobre una demolición, donde vive con ella, sus hijas y “sus caracoles”

¿Retroceso o avance? ¿Da pena glorificar el barrio? ¿Da pena querer vivir en un sitio por lleno de caracoles que esté? ¿Síndrome de tener todo a la mano gracias a Internet o de ser tan putamente cosmopolita que está fácil salir, viajar, entender para luego volver, entrar y analizar con calma en el silloncito caliente al lado de alguien? 

Ahora, si demuestro con argumentos y pruebas y raciocinios magníficos que ser local es una tendencia global, ¿me puedo sentir menos provinciana? ¿por fa?


lunes, 13 de abril de 2009

Chicken soup for the soul

Título: Mamá yo quiero saber de donde vienen los poooollos!
Director y narrador: Gonzalo Uribe
Lugar: Finca Nepal (La Dorada, Caldas)
Fecha: Jueves Santo
Participantes: El Gallo y los NeoCampesinos
Asesora: Martha

Veredicto: Faltó cañaña pero no determinación. El pobre man murió de asfixia. Perdón.

Razones para estar

1. Las orquídeas de semana santa ya están flor.

2. El pueblo de Santandercito anda con colores nuevos y obras. Son la promesas de renovación hechas cosas renovada por un alcalde que parece moverse, según me explica Magdalena. Habrá también una nueva fuente de agua, nuevo empedrado para la plaza y hasta una delegación de Santandercito estuvo en Barichara la semana pasada. Por si fuera poco, cuenta Magdalena emocionada, para la celebración del domingo de ramos fueron abolidos los ramos de una palma en vías de extinción. En vez, los feligreses recibirán unas palmitas para sembrar en la casa.

3. De bajada a la finca veo sobre el separador, frente al cementerio El Apogeo, una niña de 16 con un balde amarillo lleno de flores apoyado en la cadera, el cuerpo quebrado un poco en la cadera, y se ríe desafiante, buscando chance de pasar entre los carros.

4. Los hibiscos son de tantos colores como en Hawai, pero no lo había notado antes.

5. El camino se siente acolchado en los pedazos embarrados. Las habichuelas crecieron un jurgo y las arvejas. Me pillé también unos frijoles de contrabando que me sembró Jose. Con el maíz criollo, además, todo crece en desorden

6. El Salto del Tequendama está muy crecido con los aguaceros, que auguran mojar toda la semana de descanso. (y la mojaron. Esa semana ya pasó, pero voy atrasada en las publicaciones de esta vaina).

7. Los perros sonríen.

8. Descubro que en Los Tunos, mi almacén de cabecera, también vende trucha ahumada, embotellan agua, y hacen exquisito merengón de guanábana. Eso sumado al queso de siempre, el yogurt y la torta de queso y el arequipe suman 40mil de productos lácteos locales hechos por la pareja más chévere del mundo. Se gastan 14 cantinas de leche a la semana y solos entre los dos hacen 20 quesos doble crema semanales, arequipe, merengón, esponjados, flan, yogurt de mora y melocotón, torta de queso, queso campesino, cuajada. La caja registradora es de cobre antigua.

9. Julio me prestó muchos libros para leer.

10. Por primera vez actúo razonablemente con el carro, cambio pastillas justo a tiempo y me evito cepillar los discos. Besito para mí.

11. El sol brilló casi todo el día y hasta los ñeros de la 19 tenían los ojos más brillantes que de costumbre.

12. Detrás del taller descubrí muchos moteles de hora, con putas flacas y gordas felices hablando a las 10am, arregladas ya. Niños jugando, un señor pasa en bicicleta, la calle esta llena de huecos tapados con ladrillo picado. Los moteles están enchapados con baldosa verdosa con amarillo, o vinotinto de reborde amarillo y hay matas en las puertas, que entran en recoveco para cubrir rápidamente al infractor del deseo. Y el sol brilla.

13. Tengo la sensibilidad alborotada y buen ánimo de ver todo. En Soacha, una tienda de frenos o de cerveza llamada “El Bacán”. Es que hasta Soacha brilla hoy, las busetas llenas de gente ansiosa por visitar a su familia, como si la alegría escolar que sentí ayer al salir de la ofician, despidiéndome con manotadas y chistes y cuentos pendejos y abrazos hubiera contagiado toda la ciduad, feliz de no trabajar. Feliz y soleada.

 

tomates, de la nevera a la tierra


En un lugar  leí que frente a una cultura global y unificadora tocaba aplicar una ética local como forma de resistencia al consumismo. O eso me inventé después de leer algo en algún lado, excelente justificación para mi proyecto de huerta, que nació de una humilde epifanía en un seminario de marxismo en McGill. Y la revelación iba más o menos así:

Mi nevera à Carulla à tomates à sembrado de tomates à ¿Cómo es una mata de tomate, mi fruta-verdura favorita, la más fumigada, pervertida y sospechosamente roja y lozana fruta-verdura?

Seis meses después descubrí que el tomate orgánico, al menos en mis manos, no iba a pasar de ser una linda fantasía gracias a los bichos de la finca.

Pero soy terca, y otra vez hay pequeñitas hojas de tomate (que son alargadas, con un corte zig-zag como la hoja de la marihuana, el tallo es morado y peludo y el olor astringente) en la huerta.

También transplanté algunas lechugas (las otras las transplantó José) (otras Julio, amigo y voluntario de la huerta del fin de semana), colgué las habichuelas y arvejas que crecen con enjundia y bravura y putié a la Chanda que entre ladridos y batidas de cola pisoteó la zona de lechugas y de milagro no aplastó ni uno de las plántulas, que son como filamentos que se alzan casi transparentes y buscan el sol con un par de hojas ovaladas.

Otra buena noticia para la huerta: recibiré de Nueva York, vía mi amiga Juliana un cargamento de semillas de arveja. Cinco o seis variedades de nombres suculentos: sugar snap, oregon giant, blue-podded, asparagus, una de vaina roja y alargada y otra que el nombre rima con Behemoth. Maravilla. 

jueves, 2 de abril de 2009

!!!

 Brotaron los primeros tomates, todas las lechugas, el tomillo, y un par de zanahorias. ¡Funciona mi abono! Por ahora.