lunes, 28 de septiembre de 2009

Una nueva rutina

Hoy, después de comer, salí a la terraza a llenar con la manguera las tres regaderas adquiridas hace unas semanas. Ya hay huerta en Bogotá, cultivada con otras semillas de otras cosas más aptas para esta ciudad al parecer menos cálida que la finca. Enterradas en materas rectangulares y cuadradas, unas recicladas para la operación y otras compradas exclusivamente, reposan en estado de potencial germinación semillas de quinua, lechuga lisa, lechuga roja, tomate cachaco (semilla tomada clandestinamente de una huerta en Santa María de los Ángeles), mora y curuba montuna.

Empieza pues la etapa urbana de esta huerta, etapa plenamente natural ya que solo basta afinar la mirada a la forma particular que tienen las hojas y la disposición que adoptan para ver que en lotes sobre la circunvalar hay matas calabaza y tomates de árbol, que por el caño de la 74 hay decenas de matas de curuba enredadas en las copas de los árboles, que una casa abandonada en La Perseverancia se la tomó una monstruosa mata de curuba, que de un pino enorme en la 74, y a la altura de unos 5 metros sobre el cemento, cuelgan dos calabazas (o extraños zuchinis bulbosos) de unos dos kilos cada una, que la subida al monte por la quebrada de la Vieja está salpicada de arbustos de moras ácidas, que en un edificio de la 69 un genio dejó prosperar en una reja de unos diez metros de larga la curubitácea más prolija que haya soñado la Madre Passiflora, y que entre el jardín de una casa de la 80 así como en la terraza de una casa del Juan Pablo Segundo se dan los tomates y la quinua.

Bogotá se alimenta de los andenes y las tapias y sólo puedo sospechar que también se suple de bareta de los baldíos así como de remezcla de bazuco de las paredes. Incluida en esta suprema fantasía de autosuficiencia, arranco la semana con una nueva rutina, la de regar las maticas, que con el verano que se avecina, si no me aguzo velaré mis lechugas.





Nota: el gallinero ya casi está listo. Faltan las puertas y las gallinas. Gracias a los colaboradores: Pinti, Felipe, Blanca y José.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El cosechador de curubas

De día azota curubas con un palo de escoba en predios de Rosales y en las noches, cuando cae el sol, patea ñámpiras de la décima en la séptima. Bueno, aclaro. De día, con la ayuda de un pedazo de palo de escoba que encontramos botado en la acera, volviendo de una agradable caminata matutina por los cerros orientales que bendicen a nuestra gran urbe, Simón dio varios palazos certeros a unas curubas posadas sobre un altísimo árbol de la cuadra rosalinda en la que actualmente habitamos. Pasó que en la noche del mismo día, subiendo a un vehículo de transporte público de excesiva lata, fue atacado en su persona y la de su mujer por un tipo de dudosa reputación que fingiendo blandir un cuchillo se abalanzó y le rapó un libro de antropología que llevaba bajo su brazo derecho, subrayado ya y a medio leer. Defensor de la cultura, el saber y la cordura, le lanzó una patada en su humanidad, obligándolo a devolverle al autor del hogar el bien precioso. Mejor dicho, gracias a Simón y su capacidad de boliar palo y pata (porque le tocó saltar bastantico) tengo ahora más semillas de curuba silvestre y montuna, que ahora reposan en las aguas que les quitarán la pasa babosa y las dejarán, ojalá, germinar.






Gracias, Simon!

ps: Y este es el libro


Avances y desavances

La huerta recibe visitantes (y los visitantes parecen poco impresionados con los resultados)












Las arvejas azules prosperaron (para luego morir la muerte de la arveja cuando hace mucho sol y cae poca lluvia)

Las semillas de coca germinaron y los palos de jazmín rojo traído de Hawai también echaron hoja (y no canto victoria para no salar las matas)

Los fríjoles extraños, unos cafés rojos en vainas rojas y unos grises en vainas verdes de medio metro de longitud, dieron su primera cosecha (y lástima no haber sembrado más)

Y el gallinero móvil arrancó con ayuda de Pinti, Felipe, José y Beatriz Helena, la escritora en residencia (pero no hay fotos)