domingo, 7 de febrero de 2010

Con renovado ímpetu


Con renovado ímpetu, ahínco y tesón espero arrancar la huerta de este año y su correspondiente diario de campaña. Hace más de un mes la mano arquitectónica de mi mamá dejó como herencia tres cajones de guadua para dar posada a tomates de todas las pintas y tamaños: café moraduzco, naranja, amarillo, rojo cherry y rojo común. Las matas han estado lentas, el purín de ortiga no ha sido administrado y el compost sigue siendo una lejana promesa.

Los fríjoles de variada especie crecen como de costumbre, en especial el fríjol Pachano, variedad silvestre de granos enormes, verdes cuado frescos y café con pintas cuando secos. Son inspiración, sin lugar a dudas, del cuento de los fríjoles mágicos estos aparatos que crecen fácilmente un metro y más semanalmente. A su sombra se alza finalmente robusto el ají colorado y curvo como cacho de diablo que traje de San Juan de Arama, Meta, y las plantas de frambuesa, cortesía de Felipe. Ambas están en flor y ya asoma la primera morula verde la frambuesa. De vuelta a los predios de la finca esa frambuesa insípida, roja y absolutamente gloriosa. De vecino un lulo crece y un laurel enorme, regalo de mi mamá, enmarca la esquina noroccidental de la huerta.

En la cama inmediatamente vecina al gallinero (cortesía también de las labores de mi mamá y josé, gallinero esta vez sí en malla de gallinero, con techo, palos, cajas para que duerman las gallinas—que ya han puesto como 10 huevos—y huecos por donde el fara secuestro fatalmente a 5 pollos y pollas) sembramos hoy con pinti variedad de semillas, la mayoría aportadas por ella: sandía, habichuela amarilla, pepino cohombro, albahaca, mejorana, perejil, menta, zanahoria y lechuga. Yo aporte la pica (ella también), las heras, y ampollas en sendas manos.


Finalmente, el inquilino más reciente: gusano puyudo.

1 comentario:

  1. Veo que su renovado esfuerzo se convirtio en agua i sal...Pero de que es palabrero no hay duda, parce. Suerte i exito!

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